La pérdida. Eva González-Sancho.
 

07 SÉPTIMA CAJA / EXPOSICIÓN PORTÁTIL

COMISARIA: EVA GONZÁLEZ-SANCHO


la pérdida, aunque sea de la memoria, siempre nos lleva hacia atrás en el tiempo / y de repente volvemos a estar en el suelo, castigados por el barro veloz de lo violento, separados, con nuestra marca de arcilla en la frente / toda pérdida tiene que ver con algo que nos antecede, que no podemos nombrar ni tampoco recuperar / y sin embargo los árboles del bosque en el que nos perdimos todavía conservan sus letras, sus pergaminos prensados, aunque nadie los lea, aunque nadie nos recuerde / y por eso perdemos constantemente pequeños objetos / no hay llaves para la puerta, sólo el metal de algo que no encaja, que hiere el lomo manso e irremediable de la madera / o nos perdemos en su pérdida para encontrar la nuestra / los bolígrafos también nos pierden, ya no pueden escribir estas heridas / y yacemos muchos meses encajados / hasta que la tinta se levanta y camina su desconcierto / todo final nos remite al inicio que perdimos / los golpes abrieron la forma a sus deformidades / en el ojo separado se tramita la manipulación de las imágenes / con ráfagas de plata que sellan las heridas / el brazo que perdió a su cuerpo ya sólo puede despedirse / ramificado y hambriento, el silencio, se va tragando las palabras / por eso se calla el bosque de los niños perdidos, de los padres perdidos / aunque también podemos perder el miedo a perder el miedo a perder / canta el pájaro-árbol, se desnuda para que nadie más escriba sobre él / silbando los pensamientos muy despacio / caminando hacia atrás, sobre el contorno que recorren las hormigas / en la matriz que hornea las formas, en el fuego que no se avivó / hasta llegar a la miga de pan ensalivada / donde todo es posible y nada se ha decidido todavía / poder ser albatros, mica, cubo desbordado, castor, oruga muerta, metamorfosis lavada y perfumada / en el torno de las personas que desaparecieron, que fueron desplazadas hacia los andenes paralelos / de lo que come y se ríe sin saber que lo hace por repetición y fractura / y si todo sucede a la vez por qué llegan tan tarde los trenes / fue en el reverso de una moneda fuera de curso / acuñaron un barco pero sus velas se habían apagado, y era de noche / ahora amanece y perdimos lo intacto / lo intacto nos despierta cada mañana, con los dedos mojados / perdimos trenes, espigas, aviones, kilos, barcos / el silencio es una hilera de dientes arrancados / toda elección fotografía una pérdida, y los bordes en sombra se derraman / perdimos algunos libros valiosos, algunos pañuelos de estaño / tan ligeros íbamos que en el camino nos asaltaban las hojas de los chopos que se iban desprendiendo, sobre el pelo, sobre los hombros nos susurraban sus nombres incomprensibles, en el lenguaje inmóvil de los árboles / porque la pérdida es avance y al avanzar perdemos / abriendo el tiempo del espacio en el espacio del tiempo / el peso, el deseo, la materia / en el umbral del grito / respirando.

esther ramón